Maestro de la redacción, ortografía, gramática y la precisión lingüística. Un caballero por donde lo miren por su pulcritud y dedicación. Metódico, unía en sus clases la sencillez con el humor y la rigurosidad con la simpleza y la exigencia. Esto último sólo lo valoramos cuando abandonamos las aulas para irnos al mundo del trabajo.
Edgardo Henry Ríos nos recordaba siempre a más de algún profesor de nuestra educación media. Es que lo era. Se había titulado de Profesor de Estado en Castellano, con estudios en la Universidad de Concepción y Universidad de Chile; inició sus tareas profesionales en la enseñanza de adultos en el Liceo Pedro Aguirre Cerda, en Talcahuano donde llegó a ser su rector. Más tarde lo haría en el Colegio Inglés Saint John’s -donde ocupó el cargo de Inspector General-, y en los liceos Enrique Molina y Experimental de Concepción. Posteriormente obtendría un magister en Lingüística con Mención en Dialectología en la Universidad Austral de Chile de Valdivia, y participaría como alumno becario del Centro Internacional de Estudios Superiores de Periodismo para América Latina, Ciespal, en Quito, Ecuador.
El año 1953 Henry Ríos forma parte de la primera planta docente del naciente Curso de Periodismo de la Universidad de Concepción. Según el Decreto de Nombramiento Nº 153 del 22 de abril de ese año de la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales, de la cual dependería el curso, Henry estaba a cargo desde el 1º de abril de la cátedra de Gramática Fundamental. El documento es avalado por el Rector don Enrique Molina Garmendia.
El profesor Henry Ríos se integraría más tarde como docente de la Escuela de Educación de nuestra Casa de Estudios.
En nuestra Escuela ocupó los cargos de Jefe de Departamento de Comunicaciones y Secretario General de la misma, hasta ocupar la Dirección. Como tal fue miembro del Consejo Superior de la Universidad de Concepción.
Más tarde, al abandonar Concepción, llega a ser miembro de varias comisiones y de la Junta Directiva, además de Cordinador de la mención de Castellano y representante del Departamento de Humanidades en el Consejo Académico de la Universidad de Atacama.
Quienes fuimos sus alumnos y nos desempeñamos, posteriormente, en el periodismo lo recordamos como un maestro de la redacción. No en vano, clase a clase lograba en base a cientos de trabajos prácticos, enseñarnos la gracia, fluidez y belleza de la lengua española. Con su mirada nos decía cuán mal o cuán bien habíamos redactado una gacetilla social o un lead deportivo o una crónica policial. La cantidad de ejemplos extraídos de diarios y revistas de todo el mundo hispano nos hacían reír o admirar la frescura de lo logrado por su autor. Sus textos guías, hechos a mimeógrafo, pero muy bien revisados y, lógicamente, muy bien escritos nos daban más de un dolor de cabeza, especialmente, en época de exámenes.
En esos años, los 60 y tantos, lo conocimos y siempre hemos esperado para decirle cuán bien nos hizo, gracias a la rigurosidad y la fuerte exigencia unida, a veces, al amargo sabor que sus notas dejaban en nosotros que creíamos, como todo joven, que lo habíamos hecho muy bien.
Pese al ambiente que nos tocó vivir en los 70 él mantenía su compostura de un hidalgo caballero, siempre en su puesto de trabajo y dando seriedad a temas que muchas veces rayaban en lo insólito. En ese ambiente recuerdo haber editado, junto a otro antiguo profesor, una revista humorística quincenal en que él era centro de las bromas y tallas. No se daba por enterado ni aludido, pero después nos confesaría sonriendo que eran muy buenas. Incluso el día de nuestra despedida quise llevar al audio un resumen de aquellas memorables tallas y apodos. Un guión radial grabado previamente sirvió para amenizar el momento de los discursos. El apenas sonreía con un mutis casi forzado. Sin embargo, sabíamos que reía a carcajadas por dentro y que lo haría también en privado.
En medio del quehacer académico ha editado varios libros. Entre ellos Periodismo y Lenguaje, basado en el curso dictado en Ciespal; Cualidades del Estilo del Periodismo Informativo, Redacción de las Noticias de la Vida Social, Usos de los Diarios en Clases de Redacción y Gramática, Teoría de la Redacción para la Comunicación de Masas, Acentuación y Tildación: Curso Prático para la Autoinstrucción, Poemario Familiar, Compatibilidades e Incompatibilidades Grafémicas, Redacción de las Noticias Policiales, Características de la Redacción de las Noticias Laborales, Gremiales y Sindicales; y Grafémica y Escritura Script.
También espera publicar pronto otros libros sobre Puntuación y Sintaxis, y Ortografía Morfémica y Grafémica.
Junto a lo anterior dirigió la revista Estudios de Periodismo, en la primera etapa de nuestra Escuela, y fue miembro del Comité de Redacción de la revista Estudios Filológicos de la Universidad Austral de Valdivia; además de autor de un proyecto de publicación para la Universidad de Atacama y una serie de artículos especializados que han servido de bibliografías para los estudiantes y profesores de periodismo o lingüística en las revistas Estudios Filológicos, RLA, de la Universidad de Concepción, Cuadernos de Filología de la Universidad de Antofagasta y Estudios Generales de la Universidad de Santiago.
Entre la serie de investigaciones desarrolladas en su área se cuentan las relativas a las Teorías sobre el Acento y su Incidencia en la Enseñanza, Extensión y la Comprensión en la Gramática Española Tradicional, Bases Teóricas de los Métodos de Lectoescritura, Estructura de los Grafemas Script, El Léxico del Cuerpo Humano en los Diversos Estratos Sociales de Copiapó, Métodos para Resolver las Dificultades en la Discriminación de la Sílaba Acentuada, y Validación del Método Grémico para Mejorar la Escritura. Espera efectuar otras investigaciones sobre redacción periodística en general.
Hoy desde su hogar en Copiapó mantiene vivo su interés por Concepción y su Universidad, recordando con detalles los momentos vividos en la Escuela de Periodismo.